Esta mañana, diversos medios italianos confirmaron el fallecimiento, a los 78 años, de Rafaella Carrá.
Cantante, bailarina, actriz, presentadora de televisión y una de las grandes divas y showoman de Italia.
Actuó con menos de 10 años en su primera película y de jovencita se fue a Hollywood a trabajar como actriz. Sin embargo, al cabo de unos años extrañó su país e hizo una larguísima y destacada carrera en su tierra natal.
Pero su estrella, talento y carisma la llevaron rápidamente a hacerse conocida en buena parte de Europa…y en Latinoamerica.
En Chile, por ejemplo, la conocimos cuando Don Francisco la trajo a “Sábado Gigante” en 1978 iniciando una cercana relación con nuestro país.
En 1982, Rafaella tuvo una recordada hasta hoy, participación en el Festival de Viña del Mar y fue tal su impacto que fue electa la primera reina del certamen.
”Fiesta”, “Caliente Caliente”, “5353456” o “Hay que venir al sur”, son solo algunas de sus canciones más conocidas.
Y aunque muchos tildan sus canciones de frívolas y superficiales, muchas de ellas cuestionaban prejuicios de su época, hablando de temas tabú como la homosexualidad, la masturbación femenina o el gusto por el sadomasoquismo, entre otros. Aspectos que también la conviertieron en ícono de la comunidad LGTBIQ+.
“No solo era mostrar mi cuerpo, era hacer entender que el cuerpo de una mujer siempre está unido a su cabeza. La sensualidad no está reñida con la inteligencia, la simpatía, la ironía…”, comentó en un entrevista de 2019 con “El País”, de España.
“Raffaella nos ha dejado. Se ha ido a un mundo mejor, donde su humanidad, su inconfundible risa y su extraordinario talento brillarán para siempre“, comentó su pareja y compañero por años, Sergio Japino.
Según el diario italiano La Repubblica, la artista murió a eso de las 16:20 horas (10:20 AM en Chile) tras una batalla contra una enfermedad no revelada que la aquejaba desde hace un tiempo.
El mismo medio señala que en sus últimas disposiciones, la artista pidió un simple ataúd de madera sin terminar y una urna para guardar sus cenizas.