Sharon Stone es sin dudarlo un referente y no sólo por su trabajo como actriz. Desde hace algunos años cultiva una relación honesta con el público y con ella misma, eso la ha llevado a dar su opinión sobre diferentes temas, entre ellos, el envejecimiento.
Esta vez no es la excepción. En la última edición de Vogue Arabia, la protagonista de “Bajos Instintos” habló sobre sus razones para dejar de inyectar botox en su cuerpo. Pero no sólo eso, cómo una ex pareja la dejó por negarse a hacerlo.
Antes de esa determinación, Stone solía ponerse botox con frecuencia, hasta que sufrió un derrame cerebral. “Luego tuve este derrame cerebral masivo y una hemorragia cerebral de nueve días, y tuve que ponerme más de 300 inyecciones de Botox y relleno para arreglar un lado de mi cara”, aseguró la intérprete.
Desde ese entonces, ya no miró a los procedimientos antienvejecimiento de la misma forma, los que para ella pasaron de ser un “lindo lujo a una especie de necesidad neurológica enorme y dolorosa”.
Cuando ya estaba decidida a no someterse nuevamente a eso, Stone estaba con una pareja, quien le preguntó si usaba botox o no. La respuesta de ella fue “probablemente sería muy bueno para tu ego y el mío si lo hiciera”.
Poco después de eso su relación terminó. Salieron una vez más y tras eso, la actriz contó que él ya no estaba interesado en seguir con ella. ¿Qué conclusión sacó de esto? Una muy clara, “Si no me ves más allá de eso, por favor, retírate”.
Algo de lo que no se arrepiente ya que asegura “Siento que este es el período más emocionante y creativo de mi vida”. Tras eso, agregó “Me siento muy, muy feliz. Nunca he estado tan alegre”.
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“La vida no siempre te hace sentir como un ganador a medida que envejeces”
Hace poco más de un mes, compartió en sus redes sociales una foto en la que posa semidesnuda con la descripción “Agradecidamente imperfecta en un día perfecto”.
En esta entrevista comentó que esta foto se la tomó en una tarde con sus amigas, en la que cada una de ellas posó de forma similar.
“Lo publiqué porque siento que las mujeres se vuelven invisibles una vez que nos convertimos en madres y tienes 45 años y la gente pasa a tu lado como si no estuvieras allí”.
Por lo mismo, junto a sus amigas decidieron apoyarse mutuamente en este proceso, porque “la vida no siempre te hace sentir como un ganador a medida que envejeces”.